Graebel reúne a su familia y su mascota tras la evacuación de Libia
El Cliente
Mayor fabricante y distribuidor de accesorios de cableado.
El Desafío
Durante una evacuación de emergencia de todos los ciudadanos estadounidenses de Libia, una familia expatriada tomó la difícil decisión de dejar a su mascota familiar, un Yorkie llamado Chivu, con una familia vecina. Sin embargo, pocos días después se enteraron de que el vecino había dejado al perro con un veterinario local. Dado que el empleado estaba trabajando con Graebel para su reubicación, la familia se puso en contacto con su asesor de Graebel para averiguar si sería posible rescatar a Chivu.
A pesar de que el representante de Graebel estaba al mismo tiempo manejando la reubicación inesperada de la familia a Cancún, México, no perdió de vista esta asignación tan importante.
Resumen del proyecto
Encuentre, recupere y entregue una mascota de la familia que dejó el empleado de un cliente cuando la familia abandonó Libia durante una evacuación de emergencia.
La Solución
Afortunadamente, la familia tenía el nombre del veterinario donde el vecino había dejado a Chivu. Armado con esa información, el representante de Graebel:
- Encontré la información de contacto del veterinario en Internet. Sin embargo, no pudo contactarlos personalmente, porque la comunicación telefónica con el país fue bloqueada por EE. UU.
- Envió una carta al veterinario con una foto y otros detalles sobre Chivu.
- Se pidió a los colegas de la oficina de Graebel EMEA (Europa, Oriente Medio y Asia) que enviaran cartas a ese veterinario y a otras personas de la zona.
Sorprendentemente, una semana después, el representante recibió una llamada de una mujer en Londres cuya hija trabajaba en las instalaciones del veterinario en Libia, donde estaba alojado el perro. Un intercambio de imágenes confirmó que Chivu estaba allí, junto con otros 50 perros programados para ser evacuados a Malta, el lugar sancionado por Estados Unidos.
Después de ponerse en contacto con su red personal y a través de las redes sociales para encontrar a alguien en Malta que pudiera ayudar en ese sentido, se conectó con un excompañero de la universidad que pudo enviar a Chivu a la siguiente etapa de su viaje.
Sabiendo que la ley de México requiere que un animal esté acompañado por una persona en ese país, el representante se comunicó con uno de los proveedores de servicios de transporte de animales examinados por Graebel, y el director ejecutivo de esa compañía acordó acompañar personalmente a Chivu a Cancún desde Orlando.
Los resultados
Al final, Chivu viajó más de 7,000 millas (desde Libia a Cancún, pasando por Malta y Orlando) antes de reunirse con su familia. Durante su mes de viaje, Chivu no tenía idea de los esfuerzos diarios realizados en su nombre por el representante de Graebel: investigación, correspondencia, llamadas nocturnas y, por supuesto, comunicación casi diaria con su dueño. La notable historia terminó bien y es un muy buen ejemplo de cómo los empleados de Graebel están empoderados y guiados por nuestro tema de servicio al cliente: “¿Qué necesitas? ¿Cómo podemos ayudar?"